martes, 30 de enero de 2007
Carta Tyra
*Spoiler Mimir*
No pasó ni una hora cuando volvió a despertarse. Angustiada se erigió y casi se da un golpe en la cabeza con la pequeña mesita que estaba a su lado. Era como una especie de escritorio-estante, ya que ahí Ethan conservaba pergaminos, muchos de los cuales él escribía una serie de mitos y leyendas que bien él inventaba o que eran conocidas por todos.
Dispuesta a distraerse y de paso tranquilizarse, se levantó y encendió una vela pequeña, cuidando de que no se alzara la flama para no despertar a los demás. Pronto sus ojos verdes se detuvieron en la pila de rollos amarillentos que se alineaban en el estante de madera. Se sentó en la silla de su maestro y de repente tuvo el impulso de escribir ella misma algo… Dudosa tomó dos rollos, de los menos desgastados. Se aseguró que las hojas estuviesen totalmente en blanco, limpias; y suspirando entrelazó entre sus dedos una larga pluma de ganso cuya punta se sumergía en el frasco de tintero negro.
- No puedo evitar que mi corazón sienta… -
Comenzó a escribir lentamente, sin prisas, con una sencilla caligrafía. De repente se detenía; ponía un rostro pensante como si estuviera midiendo las palabras que deseaba plasmar. Para ella era muy difícil saber si era correcto lo que estaba haciendo, pero sus sentimientos se impusieron, más que su resistencia a negarse. Terminó cuando la posición de la luna en su fase menguante estaba a mitad de la bóveda celeste, era medianoche. Con sumo cuidado fue enrollando los dos papeles y cada uno los sujetó con un listón de diferente color: verde y rojo, pues otro impulso le llevaría a hacer algo más…
Se incorporó y suavemente, apretando contra su pecho los rollos, casi en puntillas regresó a la habitación donde dormían los demás. A pesar de la penumbra del lugar, logró distinguir entre los bultos envueltos que se hallaban en el suelo la figura de Sikoth, muy cerca del camastro donde reposaba su hermano. Se acercó a él cuidando de hacer un ruido. A un paso de él se detuvo, dejó pasar los segundos. Quería asegurarse que estuviese completamente dormido, cosa que comprobó al escuchar su respiración tan relajada. Intentando no despertarle, la muchacha sonrojada y sorprendida de si misma por la cursi niñería que estaba haciendo, deslizó uno de los rollos entre los brazos de él, el del moño verde.
Ese chico había sido tan protector con ella, por nada del mundo se había separado de su lado…La confesión de amor que él le había dado le inyectó a su vida un giro completo. Era como el aire que respiraba… Por un momento se quedó absorta, contemplando las facciones del muchacho, sobretodo sus párpados…adivinando los enigmáticos ojos negros entre las sombras.
Cerró ella sus propios párpados y un par de lágrimas inundaron su rostro en un opresor silencio. Recordó una a una las palabras que había escrito, quería mantenerlas intactas para siempre en su memoria pues aunque había decidido decirle lo que ella sentía a través de un escrito quería decírselo cuando estuvieran solos...igual por si a Sikoth se le olvidará, ella quería recordárselo.
Sikoth:
“Tengo algo muy importante que decirte…No sé si este sea el modo correcto para hacerlo pero hay pasado muchas situaciones que me hacen creer que es la única manera.
Si no hubiese escuchado de tus labios el que me querías, jamás hubiera podido darme cuenta de lo que siento, aunque también la clase de ser desconocido que soy, que esta exiliado de la luz y la oscuridad me sumió en profusas dudas. Pensaba confesártelo antes de partir para Celes, en la tercera luna nueva al encuentro de Calik…Sin embargo, nada augura que salga con vida después de afrontarlo… Pero creo que sería más tonto y poco maduro de mi parte el tener que esperar hasta el último momento, cuando tal vez ya no tenga la fortaleza o el tiempo suficiente para decirte lo mucho que significa para mí el haberte conocido. Sikoth, me… me gustas mucho y no sólo eso. Tal vez te parezca una locura de inexperta adolescente y no tenga base alguna para justificar lo que siento…No sé que vaya a suceder y no tienes que decirme nada, pero me he dao cuenta que…yo…yo…te amo…
Has velado mi sueño, me has procurado cuidado…ahora es mi turno en hacerlo, Sikoth…no permitiré que te dañen, te protegeré”
Tyra
viernes, 26 de enero de 2007
La ciudad sin gente
(Chobits)
En esta ciudad no había nadie.
Habían casas y podías ver las luces brillando a través de las ventanas
En esta ciudad no hay nadie, pero..Pero en las ventanas se ve gente divirtiéndose.
aunque este lejos...
jueves, 25 de enero de 2007
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Saluditos!
domingo, 14 de enero de 2007
*Crónicas de Mimir*
Edad: 16 años
Raza: Humana (aparentemente)
Lugar de Origen: Aldea de Celes, Montañas de Oth (Mimir)
Fecha de Nacimiento: Desconocido (Aunque cuando conoció a Ethan, éste le dijo que ese día 31 de Julio sería su cumpleaños)
Peso: 52 Kg.
Talla: 1.64
Tipo de Sangre: Desconocido
Familia: Desconocido. Aunque Calik es su hermano "adoptivo"
Elementos: Fuego, Tierra, Agua y Viento
Deidad Protectora: Naiadis, diosa de la naturaleza
Profesión: Shinobi del Clan de la Niebla (Ninja)
Disciplina: Musoh –Battoh- Ryu
Armas: Alpha/Omega (alabardas)
Sobrenombre o Apodo: “Pequeña Trueno”
Punto fuerte: Cabeza
Señas particulares: Posee un símbolo en la parte baja de la espalda. Un círculo dividido a la mitad por un relámpago. No sabe su significado pero cree que no es una bendición ciertamente.
Habilidades: Utiliza Hijutsu (artes mágicas u ocultos sobre los elementos de la naturaleza), Genjutsu o técnicas ilusorias, son aquellas que crean algún tipo de ilusión haciendo que el enemigo se confunda y Taijutsu o artes marciales en las cuales se emplea el cuerpo más como defensa que ataque personal: Incluye golpes con puños, patadas, trabas, lanzamientos y muchas de las técnicas marciales, por lo cual su cuerpo posee gran agilidad. Posee pleno conocimiento sobre el Ninjutsu arte marcial del espionaje pero no lo usa a menos que sea muy necesario.
Sus armas principales son dos gigantescas alabardas: Alpha y Omega (regalo de Calik) en cuya hoja lleva grabado un símbolo que ella desconoce su significado. Aunque es una oponente terrible, casi la mayoría de las veces prefiere echar mano de su magia en vez de sus armas y de la fuerza bruta.
Su extrema sensibilidad le permite leer el corazón de los seres vivos y de manejar los elementos de la naturaleza a su antojo, puede crear desde una simple brisa matutina hasta un devastador terremoto.
Comportamiento: Es una chica muy madura y sabia aunque se ve muy joven. Casi no habla, pero cuando lo hace es de manera tranquila. Parece que carece de emociones pues aunque se encuentre en una situación desesperante su semblante de hierro no le deja siquiera sorprenderse o permitirse deprimirse por un momento.
Independiente, seria, elegante en sus modales, hasta en la pelea. No sonríe a no ser cuando esta en contacto con la naturaleza y con niños a quienes los considera un regalo de los dioses, sólo con ellos demuestra su calidad, nobleza y les abre su sentir. Con los demás no lo hace (puede leer el aura y el corazón de cualquier ser), pues piensa que su interior está corrompido y que no tiene caso demostrar su sentir a quién no confía ni siquiera en ellos mismos.
Cuando conoce a los demás miembros parece ser que cambia de opinión.
- Calik Ugishi: Le considera su respetable maestro, su hermano mayor. Le tiene sumo respeto y profesa por él un profundo sentimiento lleno de agradecimiento por haberle salvado la vida y por que le enseño la manera de afrontarla por el camino de las armas. Sin embargo a pesar que estuvo a su lado mucho tiempo, ella siente un profundo vacío y cree que Calik le profesa algo más que cariño de hermano, si no más bien cree que si ella fuese de su propiedad, como un vil objeto cosa que le llega sentir sumamente incómoda, aunque ignora en realidad que para el shinobi ella solamente representa ser eso: un objeto.
- Sikoth: Después de mucho tiempo, admite que una parte de ella, de una de sus almas, muestra amor, atracción y un gran interés especial por el valiente Sikoth que desde el primer día no ha hecho más que preocuparse por ella. La personalidad del muchacho le causa tranquilidad, ternura y se siente protegida. Le cree poseedor de una madurez excepcional, de un tercer ojo que ha logrado ver el interior de ella, una extraño poder y sobretodo que tiene cierta conexión con la naturaleza que a ella tanto le gusta. No sabe que ocurrirá, pero lo que esta segura es que hará todo lo posible para que el muchacho no sufra.
- Koru: Al principio entre ellos dos existía un aire de desconfianza absoluta e indiferencia. Sin embargo por intercesión de Sikoth, esa tensión ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. Tyra considera a Koru como una persona impulsiva pero sin malicia. Le respeta por que siempre se mantiene al tanto de lo que le llegase a ocurrir a su hermano menor.
- Jason: Admira en gran medida a Jason por el coraje con que afronta la vida para tratar de superarse cada día, sobretodo por la pasión con la cual el aprendiz de caballero ha impregnado en sus actos en un intento de encontrar a Medea.Lo considera una persona inexperta, pero sumamente dispuesto a aprender, constante y espontánea.
- Lidda: La respeta por su gran habilidad con la espada aunque en el fondo siente demasiado recelo por halfling aunque no sepa en realidad porque. Pero la actitud de Lidda para con la naturaleza y su poco interés con los demás le da una idea del porque siente ese “resentimiento” si se le podría llamar de algún modo.
- Elia: Se siente en algún momento de la historia identificada con Elia Luminen ya que poseen lazos del pasado que las unen. A pesar que desde un principio tuvieron una pelea nada grata, ya que Elia la acusaba de ser una de las responsables del asesinato de su padre, a la fría Tyra no le parece que por esto puedan en algún momento en convertirse en amigas y quizás hasta confidente una de la otra en “ciertas cuestiones personales y del corazón”. La respeta por su habilidad mágica, por su sabiduría y sobretodo por su intenso espíritu de justicia.
- Leviath: Lo conoció en circunstancias demasiado confusas. El joven angelis la salvó de ser víctima de un puñado de gente que intentaba cazarla, aunque la chica no estuvo deacuerdo que para hacerlo tuviese que asesinarlos. Ese acto le dejaría una profunda marca llena de terror, ya que una parte de sí le hizo recordar su lado oscuro el que ella tanto quiere deshacerse.
- Ludovico: Para la pelirroja, Ludovico le resulta ser un personaje con porte y clase, así como un ser extraordinariamente inteligente a pesar que éste no demuestre serlo. Siente que el corazón de este hombre estuvo antes lleno de tantas emociones que él mismo ha intentado ocultar a la luz de todos y de él mismo, lo que también le hace identificarse con él pues al fin y en cuentas ella hace lo mismo.
Historia: Ella recuerda que era originaria de una pequeña aldea de humanos conocida como Celes oculta entre las frías montañas del Oth, al norte de Mimir. Sus pobladores eran gente disciplinada y apegada a sus ideales de paz y entrega a la naturaleza, a la que honraban más que a su vida y que consideraban como un talismán que se creía que mantenía la sintonía entre los dioses y su pueblo. Tyra nunca conoció a sus padres.
Cuando era aún muy pequeña, la aldea fue arrasada por unas bestias mitad hombres-águila quienes iban en busca de un valioso tesoro que supuestamente era resguardado por el patriarca de Celes. Al no encontrar ningún tesoro, los híbridos asesinaron a todos los pobladores y después los devoraron. Después de matar al patriarca, un joven guerrero llamado Calik que apareció de manera milagrosa salvó a la niña antes de ser víctima de la carnicería. La recogió y se la llevó consigo lejos al océano del este a una de las islas de Ion, una vez ahí con el objetivo de que Tyra cuando creciera pudiera defenderse y sobrevivir por su cuenta, comenzó a instruirla en una variedad de artes marciales y el manejo de varias armas.
Años después, Calik y Tyra se separaron por causas desconocidas. Tyra ya entrando a la pubertad se embarcó a las cercanías de la costa de donde desemboca el río Uryan. Ahí en una escuálida cabaña conoció a Ethan, un gran sabio y hechicero ermitaño quién reconoció que la chica tenía dones peculiares. Fue entonces cuando la chica fue adoptada por segunda vez y puso en marcha su entrenamiento en las artes mágicas.
Otros años pasaron y Tyra decidió dejar atrás su humilde hogar y se puso en marcha en busca de Calik, pues ciertos rumores de que habían visto a alguien con su misma descripción le hicieron tomar esa decisión. Sin embargo otras tres cosas le impulsaban a viajar por todo Mimir, la primera era conocer ese tesoro que hizo que los hombres águila asesinaran a su pueblo, segunda el saber las identidades de sus padres y por último el que parece mucho más importante: Se dice que cuando alguien llega a enfurecerla, ella puede llegar hasta un momento en que no es capaz de controlar sus emociones y su capacidad de razonar, deja de ser ella misma, se convierte en algo totalmente opuesto a lo que verdaderamente es. Deja que la ira la invada totalmente y solo vuelve a ser la misma hasta que, sin piedad, el cuerpo de su enemigo caiga sin vida a sus pies. Esta especie de conducta que es anormal hace suponer que no es tan solo un simple humano como cree que se supone ser y por eso desea saber si esto se deba a su origen oscuro y por lo tanto encontrar una manera de purificarse de esa energía salvaje que la contamina.
Ropajes sencillos. Lleva una corta túnica blanca muy ceñida al cuerpo que cubre la parte baja de su cuello, pecho, vientre, espalda, brazos y cubre hasta los muslos, la túnica esta sujeta a sus caderas con un grueso cinturón de plata. Sobre la túnica blanca lleva puesta otra especie de túnica de color gris más delgada que esta sujeta a su pecho y cubre lo que la otra no hace. La túnica gris esta abierta de los lados dejando ver sus largos muslos. Sus botas de piel, le cubren hasta el empeine pero unas mallas oscuras sobresalen de las botas hasta llegar arriba de las rodillas que están escondidas por unas rodilleras metálicas. En sus hombros lleva hombreras-armadura. Sus manos están cubiertas por unos guanteletes de color café oscuro, cada guantelete lleva consigo, en los dorsos, una especie de cristal mágico de donde surgen las alabardas.
sábado, 13 de enero de 2007
Libros
Tolkien escribió y pensó a lo largo de su vida la historia al completo de su mundo de fantasía épica, varias decenas de miles de años de pura poesía, y El Señor de los Anillos representa tan solo el culmen de esa vasta historia, el fin de la Tierra Media, y el principio de la Cuarta Edad, la Edad de los Hombres. En el Señor de los Anillos desaparecen las fuerzas mágicas, las criaturas fantásticas son ya muy escasas y poco poderosas, los elfos y magos emigran a las Tierras Imperecederas (algo parecido al Valhalla de la mitología nórdica), y los hechiceros que quedan mueren, la civilización de los enanos es destruida, los orcos y trolls desaparecen y los pocos hobbits supervivientes se ocultan en la misteriosa Comarca, así pues, la Cuarta Edad representa nuestro mundo actual, donde solo permanecen los humanos, y la naturaleza desfallece contra la industria.
Si bien algunos lo consideran el comienzo de la fantasía épica (existen múltiples precedentes, como el Conan de Robert E. Howard o las historias del Rey Arturo) ninguno de sus predecesores tuvo la habilidad de crear toda una mitología hasta el extremo que lo hizo J.R.R. Tolkien, quien literalmente inventó un mundo de ficcióncompleto con su geografía, su historia, sus lenguas, leyendas y canciones, creando un universo literario de profundidad y riqueza que dota a la novela de un aire de verosimilitud (verdadera mitopoiesis o "creación de mitos").
Se divide en tres partes, que suelen publicarse por separado, y un libro de apéndices:
"La comunidad del anillo". Plantea el conflicto básico de la historia y reúne a los protagonistas en el Concilio de Elrond, de ahí su nombre.
"Las dos torres". Narra el conflicto con Saruman. El nombre se refiere a Minas Tirith y Minas Morgul, o Minas Anor antes de su conquista por el Rey de Angmar. Estas dos ciudades, identificadas ambas por dos grandes torres eran las dos principales ciudades del reino de los hombres. No obstante lo anterior, existen interpretaciones alternas acerca de la motivación que nombró la segunda parte de la obra. Un ejemplo de ello es el que se deriva de la versión cinematográfica para quienes las dos torres hace referencia a la unión entre la Torre de Barad-Dûr e Isengard. Sin embargo, la versión literaria expresamente establece que el nombre deviene de la existencia de dos grandes torres en las ciudades de los hombres.
"El retorno del rey". En un principio llamado por Tolkien La Guerra del Anillo, aunque cambiado por los editores por no encontrarlo comercialmente atractivo, contiene, la descripción de la última defensa contra el señor Sauron.
Apéndices: Recopilación de una serie de historias cortas, genealogías y notas sobre los idiomas ficticios del libro.
"EL SILMARILLION" Tolkien.
El Silmarillion es una recopilación de obras de J. R. R. Tolkien, editada y publicada póstumamente por su hijo Christopher Tolkien. En ella, se narra, entre otras cosas, la creación de Arda y el nacimiento de las razas más importantes (elfos, hombres y enanos) de la Tierra Media.
Gran parte de El Silmarillion trata sobre los Silmarils, joyas hechas por Fëanor en Aman y alrededor de las cuales se entreteje la historia de la Primera Edad del Sol en la Tierra Media, principalmente en la región conocida como Beleriand. El Silmarillion sirve también como marco de referencia histórico para El Hobbit y El Señor de los Anillos.
El Silmarillion se divide en cinco partes:
Ainulindalë ("La música de los Ainur" en quenya), que trata sobre la creación de Eä y, dentro de ella, la creación de Arda.
Valaquenta ("La historia de los Valar" en quenya), una breve relación de los Valar y los Maiar, las fuerzas sobrenaturales de Eä, llamados los Poderes de la Tierra. También hace referencia a Melkor y Sauron, los enemigos.
Quenta Silmarillion ("La historia de los Silmarils" en quenya), los eventos que ocurren desde el inicio de los tiempos hasta el final de la Primera Edad.
Akallabêth ("La Sepultada" en Adûnaico), historia de la caída de Númenor, que tiene lugar en la Segunda Edad.
Esta división en cinco partes es asociada informalmente por algunos lectores con los tres volúmenes de Bilbo: Traducciones del élfico, que es mencionado en El Señor de los Anillos.
Esas cinco partes eran en un principio cinco trabajos independientes, pero fue el deseo de un anciano Tolkien el que produjo que se publicaran en conjunto. Como murió antes de que pudiera reescribir las variadas leyendas por completo, su hijo Christopher utilizó material de viejos escritos de su padre para terminarlo. En algunos casos tuvo que crear fragmentos originales.
El Silmarillion, como otros compendios de los trabajos de Tolkien (tales como los
La historia de la Tierra Media comprende doce volúmenes que examinan los procesos que condujeron a la publicación de estas obras, basándose en los borradores iniciales del autor y el comentario de Cristopher Tolkien.
El Silmarillion es una obra compleja que explora una vasta extensión de temas inspirados en muchas historias antiguas, medievales y modernas; incluyendo el Kalevala finés, la Biblia hebrea, las sagas nórdicas, la mitología griega y celta y la Primera Guerra Mundial. Por ejemplo, el significado del nombre del ser supermo, Eru Ilúvatar (Padre de Todo) se tomó prestado de la mitología nórdica. El estilo arcaico del Ainulindalë recuerda al Antiguo testamento. La civilización insular de Númenórë tiene reminiscencias de la griega Atlántida (uno de los nombres de esa tierra en los libros es Atalantë, a la que dotó de etimología élfica).
Algunos de los más notables capítulos del libro son:
- La Música de los Ainur.
- De Beren y Lúthien. (aqui entre nos, mi favorita ;_;)
- Túrin Turambar (estrechamente asociado con la Narn i Hîn Húrin: la Historia de los Hijos de Húrin en los Cuentos Inconclusos).
- De Tuor y la caída de Gondolin.
- Del Viaje de Eärendily la Guerra de la Cólera.
Además, el libro incluye un largo apéndice en la que se puede encontrar quién es cada personaje, lugares, razas, etc. También hay apéndices con explicaciones sobre pronunciación y etimología de las principales lenguas que aparecen en el contexto de la Tierra Media, árboles genealógicos, etc.
"METAMORFOSIS" Kafka.
La metamorfosis (Die Verwandlung, en su título original en alemán) es un relato de Franz Kafka, publicado en 1915 y que narra la historia de Gregor Samsa, un tratante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo, que un buen día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento, pero que tiende a ser reconocida como una especie de cucaracha gigante. Breve e intensa, es calificada a veces como "relato existencialista".
Una mañana, Gregor Samsa, se despierta en su cuarto convertido en una extraña criatura insectoide. Su primera preocupación, a pesar de la horrible situación en la que se halla, es que llegará tarde al trabajo y perderá el tren que tenía que coger. Tal inquietud pronto aparece en el resto de su familia cuando se dan cuenta de que Gregor aún no ha salido a trabajar y continúa encerrado en su espartana habitación. En su situación, incapaz de controlar su nuevo cuerpo y de hablar articuladamente, la apertura de la puerta se convierte en una odisea que se agrava con la llegada de su jefe. Cuando, por fin, todos descubren el nuevo estado de Gregor, la familia pasa del horror inicial a tratarlo con abnegación, como una carga o un molesto deber. Sin embargo sus padres no vuelven a entrar en su cuarto, donde Gregor queda confinado, y es su hermana, Grete, la que se dedica a intentar cubrir sus necesidades básicas como mejor puede.
Aunque Gregor conserva en todo momento sus facultades mentales, su incapacidad para hablar, hace pensar a la familia que no es ya más que un animal que no puede comprenderlos. Grete pronto vacía la habitación de casi todo el mobiliario para dejarle una mayor libertad de movimientos, que Gregor no tarda en aprovechar y disfrutar al descubrir que se halla más cómodo trepando por las paredes y el techo que en el suelo. Sin embargo, no deja de sentirse avergonzado y siempre se oculta antes de la llegada diaria de su hermana para traerle comida y limpiar el cuarto. En una ocasión en que, por un accidente motivado por su madre que parece no acabar de aceptar lo que es ahora su hijo, Gregor abandona su habitación, y su padre lo persigue con intenciones agresivas y de hecho, dado el frágil estado de su hijo, casi lo mata.
En otra ocasión, tras largos días de soledad y deterioro físico tras el percance con su padre, la música del violín tocado por su hermana en honor de unos arrogantes inquilinos con cuya renta la familia puede seguir viviendo tras la pérdida del sueldo de Gregor, lo hace salir de su habitación en una especie de trance. Esto crea nuevos problemas que ponen en peligro los ingresos de los que vive la familia. Entonces, Grete expresa su más total repulsa hacia su hermano y opina que deben librarse de él porque ya han hecho con él todo lo humanamente posible y la criatura no es ya Gregor. Entonces Gregor vuelve a su habitación y muere de inanición, abandono y una infección. Al descubrir su cadáver, la familia siente que se les ha quitado un enorme peso de encima y comienzan a planificar el futuro, cerrando rápidamente esa etapa de sus vidas.
La metamorfosis es un relato abierto a múltiples interpretaciones, de hecho, en su libro The Commentator's Despair (La desesperación del comentarista) Stanley Corngold da cuenta de más de 159 interpretaciones.
Entre las más obvias están las referidas al trato de la sociedad hacia el individuo diferente. Otros temas incluyen el de la soledad de las relaciones rotas y las esperanzas desesperadas y poco realistas que crea tal aislamiento. Algunos autores han querido ver también en esta historia, a un mismo tiempo absurda, cruel, conmovedora y con pinceladas cómicas, una alegoría de las diversas actitudes que toma el ser humano ante la enfermedad grave e irreversible y de cómo a pesar de todo, la vida continúa.
Otra interpretación podría ser la de que la obra plasma el egoísmo humano ante el bienestar de los demás. Esto lo podemos identificar en la obra en la situación en la que se encontraba Gregor, ya que sobre él recaía todo el peso de mantener económicamente a su familia. Sin embargo cuando la situación vira y ahora es la familia la que tiene que hacerse cargo de Gregor, esta rehuye de responsabilidades y lo dejan morir.
viernes, 12 de enero de 2007
*Crónicas de Mimir*
¡Yay! Pues espero no dejar los proyectos a medias xD. Lo sé ¬¬U Soy una vaga e irresponsable ;_; Pero también tengo mi vida, trabajo y estudio duro...Además bien dicen: "¿Año nuevo? ¡Fics Nuevos!" xD... Ok, eso se escuchó bien estúpido ¬¬U.
Espero igual en mis siguientes entradas poner otras cosas como mi sufrimiento por estudiar Estadística, el viaje a Sudamérica y ver que más se me ocurre. Volviendo...Críticas, opiniones, tomatazos son bien recibidos de ustedes mi público *Se escuchan sonido de grillos* ¬¬ ejem...
Capítulo 1. El Inicio: Una vez más...
"Caminando despacio, viento...susurra el infinito. Hechicera, la soledad ya no será más tu compañera, el aroma de la naturaleza, tus felinos pasos y la luz de la luna llena te guiarán al comienzo de una nueva era...sueña"
El inicio....
Desde la escuálida cabaña de maderos porosos y palmeras secas que le daban techo, el mar de Mitra se mostraba apacible. Los gránulos suaves y amarillentos de la extensa arena eran salpicados por las espumeantes olas en sus orillas.
Un encorvado viejo de baja estatura, cabellos pastosos que le caían pesadamente a la cintura y apoyado en un grueso cayado, alzó la mirada y observó a una taciturna muchacha que se encontraba a su lado. Contemplaba el paisaje.
Era joven, aunque la delicadeza de sus formas la hacían ya toda una mujer. Tenía cuerpo delgado y fino, la piel a pesar de que los tostados rayos de sol siempre caían sobre ella era excesivamente blanca como la leche. Los ojos grandes eran de una intrigante combinación de verdes con tonalidades grises que se perdían sobre el azul del océano. Unas tupidas pestañas le daban una belleza más allá de lo natural.
Una refrescante brisa marina comenzó a soplar tímidamente, atravesando todos los recovecos de la costa con su característico ulular, llegando hasta envolver la choza. El viento hizo que sus largos cabellos rojizos bailaran y se mecieran a la par junto con sus ligeros ropajes de tintes nada alegres. El golpeteo de su perfumado pelo en su rostro, era lo único que le obligaba a salir de su silencioso mutismo.
Tyra, huérfana de padres y a quien se le había negado de un pasado, se despedía del lugar que la había adoptado hace ya más de seis años.
- ¿Estáis segura de lo que pensáis hacer? – Quiso saber Ethan, el anciano de iris marrones que vestía una túnica de un blanco roto. La chica sin ni siquiera sobresaltarse, dejó escapar un suspiro y le miró nostálgica y a la vez indiferente por unos momentos.
- Si, maestro - Fue su escueta contestación.
- Ya veo – el hombre se refugió en uno de sus gestos típicos: Acariciar su espesa barba con su encallecida mano izquierda
– Si es de suma importancia para vos. No os detendré. -
La pelirroja inspiró profundamente. Estaba completamente decidida. Se recogió los largos y lacios cabellos de fuego y los ató a su nuca con una sencilla red de hilos metálicos para después acomodar ambas manos en el interior de unos gruesos guantes de dura piel. Ethan, que se jactaba de conocer a la chica como una hija, tuvo que admitir que ella jamás había sido débil de carácter. Si, era cierto, Tyra le tenía sumo respeto, era agradecida y le veía como el padre que nunca tuvo, pero era excesivamente parca en su manera de demostrar sus emociones y él encontraba en ello su talón de Aquiles, una debilidad efímera pero a la vez una poderosa fuerza inigualable…Un arma de dos filos.
-Maestro – La chica dejó escuchar su voz profundamente femenina mientras se colocaba sobre su nariz y sus labios una mascarilla de plata, ocultando en parte la blanca cara, dando así por terminado sus preparativos para partir – Os suplico un último consejo. -
- Confiad….-
- Claro – Tyra susurró escéptica ante tal apacibilidad. La cara bronceada de Ethan se iluminó y antes de que ella dijera otra cosa, aunque sabía que era una chica de pocas palabras habló en voz más baja como si de una confidencia se tratase: – Sabéis a que me refiero…-
Por su carácter no pareció sorprenderle lo que le había dicho pero no pudo evitar dibujar en sus labios un rictus de amargura que el anciano adivinó a pesar de que se ocultaban detrás del trozo de metal.
- Por lo tanto, con vuestro permiso debo partir – sin más compañía que una descolorida capa con capucha, la muchacha de ojos gris verdosos echó a andar.
No le gustaban las despedidas. “En el adiós se muere un poco” decía… Ethan lo sabía y solo le siguió con la mirada.
“Sois todavía muy joven, pero la vida te ha hecho madurar. Confías en la naturaleza, pero sería mucho mejor que dejarás fluir tus sentimientos a la par con tu pensar y que algún día dejarás a un lado esa actitud de hielo y siempre sonreirás ante la vista de los demás…”
***********************
Tyra avanzaba sobre su único medio de transporte: ambas piernas. Recorría un tosco sendero cuyo único adorno eran una variedad de lozanas matas de arbustos que le guiaría a los dominios del río Uryan y al suroeste, el hogar de los forajidos. Era el tercer día de viaje, pero sentía como si llevara una hora avanzando.
“El tiempo es de lo de menos…va y viene como el correr del día y la noche. Sólo la vida sucumbe ante el primer ocaso”
Se mostraba inflexible y dura hasta consigo misma. Dormía poco en lugares muy incómodos, andaba mucho y sólo se alimentaba a lo largo de toda una jornada de tan sólo de un puñado de frutos secos y solamente había bebido el agua de lluvia que cayó la noche anterior. Aún así se mostraba fuerte y sin dificultades. Cosas tan simples eran un misterio a su lado. La naturaleza le protegería…
Pronto alcanzó un lugar donde varios viajeros como ella pernoctaban para descansar. Aflojó el paso. Sitio sencillo de más lo que pudo ver: Junto a unos grandes troncos podridos se levantaban unas improvisadas tiendas hechas de mugrientas telas y que toscos palos las mantenían dudosamente en pie. Dentro de ellas trajinaban una docena de hombres y mujeres de edad adulta. Otros, los más ancianos, algunos con bebés en brazos se la pasaban sentados sobre la tierra, dormitaban o contemplaban el ir y venir de los primeros. Cerca se hallaban tumbados tres pequeñas embarcaciones pintadas de azul, desalineadas y viejas atadas entre si con varias cuerdas. Varios pares de palas también se hallaban descuidadamente derrumbadas a la par. Se hallaban húmedas. Estaba claro, el río reinaba a unos cuantos pasos de ahí. Al otro lado, una niña morena de cabello negro y corto se empeñaba en encender un fuego con que calentarse y preparar la cena. El viento racheado, sin embargo, hacía inútil su intento. A su costado se hallaban desplegadas una variedad de toscas redes, oxidadas cuchillas y sendas cubetas que despedían un olor nauseabundo completaban el ajuar.
“Son una familia de pescadores”
Estaba en lo cierto: Algunos de los hombres que habían salido de una de las tiendillas, con las túnicas arremangadas, limpiaban y troceaban pescado, arrojando con violencia las vísceras a diminutas tinajas de barro que pronto se llenaban de una multitud de insectos más que de la carne rojiza. Estando a una corta pero prudente distancia, se echó la capa con la capucha encima y se encogió sobre si misma. No porque hiciese frío o tuviese timidez o miedo, más bien para pasar inadvertida al momento que tuviese que pasar a su lado. Hubiese sido mejor tomar otro camino, pero como era el único, además algo le empujaba a hacerlo.
- El lago Elyon se halla a cuatro jornadas – Anunció un obeso y calvo pescador. Era el guía que al parecer era la cabeza de las embarcaciones. La chica al escuchar eso se quedó quieta, atenta. Su instinto nunca se equivocaba.
Algunos de los que estaban ahí la vieron pero no le prestaron excesiva importancia.
- Ahí esta la Villa de Keel. Por fin descansaremos en un lugar cómodo-
- Y tendremos una buena pesca, no como esa porquería – Uno de los hombres, de prominente bigote señaló las tinajas con desprecio. El calvo le hizo un gesto de común acuerdo.
- Tanto fregarse el lomo para sólo unas cuantas sucias truchas - Comentó otro lanzando un escupitajo a las piedras. Algunos pescadores eran bruscos en su hablar y de malos modales.
- Alegraos que aunque sea es algo para llevarnos a la boca- Dijo una de las mujeres más ancianas amonestando a los hombres.
- Lo importante es que por fin podremos estar en paz- Comentó después una madura matrona envuelta en un vaporoso traje verde que balanceaba en su cabeza un jarro vacío y que se torcía los dedos nerviosamente y que miraba para todos lados - Estos lugares no me gustan nada-
- Más que estamos cerca del “Lugar Maldito”- Completó la vieja con rostro lúgubre.
El “Lugar Maldito” era precisamente el suroeste. La aguja de la rosa de los vientos que se avistaban en las brújulas (según ellos) no debería estar marcado tal lugar. Era tierra infértil, bombardeado sin piedad por una infinidad de cavernas y poblados de ladrones, asesinos, invocadores de mala reputación, lisiados de todo tipo y bastardos amargados. Cualquiera que tocase con la planta de su pie tal guarida se le consideraba “impuro” o “escoria”, no importara quién fuera, adulto o niño por igual.
La pelirroja se encogió de hombros. Las personas solían exagerar las cosas. Su presencia ahí no pintaba para nada entre tanto chismorreo sin sentido. Y sin más se alejó hacía el río.
“Tal vez mis antepasados hayan sido del suroeste”- pensó con sarcasmo.
Pero pronto en la cabeza de Tyra se dibujó un rostro, la cara blanca y los cabellos rubios de Calik…uno de los que buscaba… No llevaba recorrido ni diez minutos cuando varios gritos y chillidos que retumbaban a la distancia la hicieron volver en sus pasos. ¿Qué sucedía? No es que le importará ni que fuera curiosa pero un característico hedor a sangre que le llevó hasta ella el aire la puso en alerta.
“El viento sopla”
Dejó que otros segundos pasaran. Después se decidió. Comprobó al regresar al lugar que había abandonado hace poco que las míseras tiendas habían sido arrasadas y la poca luz que las alumbraba se había extinguido. Las cubas con los restos del pescado habían desaparecido. Por el desorden y la impresión de las huellas de los pies que observó en la tierra bruta supuso que casi toda esa gente había salido corriendo escapando de quien sabe que cosa. Y he dicho bien: “casi toda esa gente”. La niña que había visto manipulando la fogata estaba tirada boca abajo. Seguramente al tratar de huir ante una inminente desesperación resbaló y cayó al suelo, quedando inconsciente.
La levantó con cuidado y observó que tenía el rostro manchado de sangre y polvo. Era la sangre que había percibido. Mientras trataba de atar cabos a lo ocurrido, de repente, un sonoro rugido surgió por su costado derecho. Tomando a la niña giró por el suelo, evitando ser la víctima de una siniestra garra que apareció de la nada. Prontamente se puso de pie con una habilidad envidiable que solo sus piernas le permitían hacer, al mismo tiempo que sus bellos ojos se tornaban terriblemente rasgados. Volteó y trató de identificar a su atacante o más bien a sus atacantes. Pero sólo logró contar unas siete u ocho sombras que se escurrían como una exhalación entre la oscuridad Pero por el característico rugido, Tyra se dio cuenta de lo que eran: Animales de filosas garras, de no gran tamaño pero de una velocidad increíble. Una de las tantas clases de felinos que abundaban en Mimir, pero éstos eran especialmente famosos por su agresividad para con los humanos y que poseían algo mágico...
- Yaguars - Se dijo segura de si misma.
Escuchando los secos rugidos de nueva cuenta, la chica esperaba tranquilamente en caso de que uno de esos ejemplares se lanzará en una frenética carrera en su contra. A pesar de que su visión era casi nula sabía donde estaban, su aura de vida los delataba. La estaban acorralando. El pescado no había sido suficiente para saciar su hambre. Antes de que trataran siquiera de acercarse más, Tyra dejó a la pequeña a su lado. No quería lastimarlos (al fin y en cuentas eran seres vivos, un regalo de la madre naturaleza) así que decidió ahuyentarlos. Se puso de pie, de un tirón se quitó la capucha de su cabeza, cerró sus ojos y se concentró.
Levantó su brazo izquierdo y moviendo su mano marcó un círculo en el aire. Acto seguido con la derecha hizo tres lentos movimientos y la apoyó sobre la palma de la otra. En un instante, apareció entre ellas una diminuta esfera que contraía y dilataba su resplandor.
- Gelum…- susurró.
Sin explicación, comenzó a surgir un vapor que pronto comenzó a expandirse a su alrededor, después invadió toda la escena. El truco funcionó, eso lo pudo comprobar con su fina percepción. Los yaguars al sentirse amenazados se alejaron presurosos. Así de sencillo. La joven segura y satisfecha disipó lo que había hecho. Unos quejidos le advirtieron que la niña había despertado.
La pobre veía todo nublado. Estaba mareada. La ojiverde sin meditarlo la tomó del brazo levantándola.
- ¡Soltadme!- Gritó la chiquilla al sentir que alguien la agarraba. Trataba de safarse de la suave pero firme presión de la mujer a quien creyó su atacante. Era claro que estaba aterrada y no se había percatado nada de nada.
- ¡Dejadla ir!- una voz rasposa como la lija se escuchó autoritaria.
Tyra soltó a la niña que salió corriendo tambaleante pero de forma rápida a sus espaldas. No le sorprendió, ya había sentido la presencia de cada persona que conformaba la multitud que terminaba de acercarse. Los pescadores, que en el fondo estaban avergonzados de haber huido de esa manera sin pelear siquiera, según en sus propias palabras, habían regresado temerosos a repeler a esos “miserables gatos” más aún al darse cuenta que habían abandonado a una de los infantes.
- ¡Mujer!, ¿Has sido tú la que has ordenado a esas bestias a que nos atacasen?- Ver a una extraña chica con una vieja túnica, de mirada agresiva, una mascarilla de plata que ocultaba su cara y que en sus manos saliese restos de humo parecía ser muy sospechoso, más aún que coincidiera con la aparición y desaparición de esas criaturas.
- ¿Qué clase de monstruo asqueroso sois?- Increpó un alto hombre de complexión robusta y que carecía de cejas.
La muchacha no parecía escuchar las “sutiles” palabras. Sus pensamientos de repente se habían centrado en esos fascinantes seres. Y recordó unas palabras que tenía olvidadas.
“Calik decía que los yaguars hablan la lengua de los dioses y señalan el camino a la verdad”
Los hombres armados con palos, arpones y antorchas, con las mujeres detrás de ellos, se acercaron amenazadoramente a la pelirroja. Su silencio los hacía parecer más agresivos.
- ¡Es una de esas brujas que habitan el Lugar Maldito! – Bufó la mujer de la vestidura verde.
Esto incitó a los demás a prepararse para atacarle. Ella se echó hacía atrás no por temor, en lo absoluto. Pronto recordó donde estaba y que había hecho. Su carácter le hizo sentir que había cometido una imprudencia en auxiliar a esa niña que traía la nariz rota y que ahora lloraba en los brazos de una de las mujeres. “Su destino estaba marcado y yo he intervenido”
¿O quizá no fue un error?
-¡Bruja! –
Un leve e inaudible crujido llegó hasta sus sensibles oídos que eran capaces de diferenciar el paso de un lobo gris de uno de pelaje blancuzco hizo que clavara sus ojos gris verdosos exactamente en el lugar de donde había provenido. Ahí no había nada, pero su desarrollado sentido no la engañaba. Pronto lo supo, uno de esos yaguars aún seguían cerca. Sin ni siquiera pensarlo, quiso salir de dudas. Antes de que el primero de los que conformaban esa multitud se le lanzara encima, un destello los cegó a todos por un breve instante. La luminosidad fue tanta que intentaron desesperadamente en proteger sus ojos. Una vez con las pupilas levemente heridas, fueron recuperando paulatinamente la visión. Se dieron cuenta que la chica había desaparecido…
*Crónicas de Mimir*
Ayway...con mis nervios a punto de estallar porque el médico me ha prohibido comer chocolate (pero no pienso hacerle mucho caso X_X) y no me salen algunos dibus, me dispongo a comenzar con subir las urls correspondientes a esta historia interactiva, del cual me han hecho favor de participar las personas que más admiro en el mundo de las letras y claro, de manera personal: Metal_Link (mi hermano), Minaya, Nayru, Roskat, Säbel, Shadow, Saku_Zelda, Triforce_Deity, The Hero of Time y una servidora. Todos con un inigualable estilo, han hecho de Mimir un lugar lleno de emociones, aventuras, misterio, amistad y amor n.n
Os doy la probadita del prólogo, una imagen de mi personaje: Tyra de Celes, de la cual postearé su ficha y bueno, disfrutadla ^^
"Hace mucho tiempo, antes de que existiera el tiempo y el espacio, antes de que la vida soplara su tierna brisa por todos los poros de nuestra piel, antes de que el mundo junto con todos sus colores y sensaciones se formara, existía vagando por ese desorden Chaos, gobernante de ese universo en silencio. La nada dominó por millones de lo que hoy llamamos años. Hasta que una vez, si es que se le pudiese llamar así, cansada de esa monotonía, Chaos puso fin a su eterna y solitaria travesía. Y desde su interior trajo a su universo a miles de hijos animados e inanimados… Pero en vez de ser un acto de amor o de cambiar el desorden que imperaba, Chaos lo vio como una forma de demostrar a alguien que no fuese a ella misma su poderosa influencia y de calmar momentáneamente su aburrición.
De todos los miles de hijos, siete de ellos, siete dioses, hijos de la confusión y hermanos de la deidad en sangre y corazón, se dieron cuenta de la actitud egocéntrica y posesiva de Chaos. Decepcionados de quién fuese su creadora descendieron desde la matriz de su progenitora alejándose hasta el punto más lejano del centro de los dominios de la diosa, eso sí, acompañados por otros tantos de sus hermanos menores.
Esos siete grandes dioses eran: Odla, el de los brazos de oro, el dios de la tierra, Lathia, la de los cabellos de zafiro y diosa de la bóveda celestial, Sibel, la de los pies argentados, diosa del agua, Reivaj, de labios ardientes y dios del fuego, Elia, la de piel de porcelana y diosa del viento, Horth, el de espíritu esperanzador, dios del valor e Ikah, el de ojos rasgados, dios de la dualidad.
Los siete, decididos a crear un lugar diferente a lo que habían experimentado y en donde derramar sus dones, comenzaron y terminaron su labor inmediatamente que para nosotros hubiese sido una tormentosa eternidad.
En el lugar elegido, Odla, con sus potentes brazos cultivó la roja y negruzca tierra y le dio forma.
“He construido la dura piedra y la suave arena. Aquí fundaremos un nuevo mundo, le llenaremos de cosas nuevas, lejos de la arrogancia y perpetuidad de nuestra madre y a la vez nuestro padre Chaos” Y una vez de terminar de moldear, dio paso a la primera de sus hermanas.
Lathia, creó los cristalinos y vastos cielos, y a través de ellos esparció su vasta presencia.
“Otro mundo de inmenso azul he puesto, pues Odla necesitaba un manto que cubriese la soledad de su mundo terreo” La diosa se fusionó con el firmamento.
Sibel, con sus limpias y purificantes lágrimas inundó el nuevo mundo de agua, el elemento del inicio.
“Lloro de alegría, pues delante de mi Odla y Lathia han creado cosa más hermosa y perfecta. Más hincha mi interior de gozo porque puedo llenar los huecos caminos que han dejado para que vaciara en ellos mi fascinación en forma de gotas de perla” Dijo la divinidad en un susurro.
Reivaj, de su boca, surgió una gigantesca llamarada naranja-amarillenta circular a la que llamó “sol” el cual proporcionaría calor a las formas creadas y no creadas de la tierra. Una pequeña lengua de fuego que formaban la mítica estrella se separó y alejándose al otro extremo del mundo se enfrío pero no perdió su brillo y tomó forma. El dios la nombró “luna”.
“Da calor al día, hijo Sol…Luna, velad la noche como una hermana guardián guerrera…” Exclamó Reijav, sonriendo ante su creación.
Elia, con el movimiento de sus finos dedos creó los rollizos vientos que danzarían por todos los recovecos del planeta.
“Respira y vuela, dulce aroma de mil esencias…encontrad tu lugar en esta esfera” La bella divinidad, tímida y callada no hizo más que suspirar.
Horth, con su rica alma jovial esculpió y dio vida a todos los seres desde el más insignificante árbol hasta el primer ser mortal que desde entonces moraron el mundo que él llamó Mimir.
“Os doy la habilidad de caminar por la tierra perfecta que ha creado Odla, de la cual comerán y dejarán plasmada vuestras huellas. Lleven sus ruegos hasta el vasto cielo de Lathia. Beban de la fuente de diamante de Sibel para que sacien su sed de saber. Despierten cuando la estrella de fuego se levante por el oriente de Reijav y cuando se esconda iluminen su sueño con el pálido brillo de su diminuta melliza la luna…Dejad que vuestra materia respire el viento de mi amada hermana Elia…Vivid pues y yo os protegeré, tened valor y fe…” Así habló Horth, mientras sus pupilas se tornaban decididas sobre sus criaturas.
Ikah, finalmente proveyó al alma de cada hombre y mujer, bestia y planta de su propia esencia: la dualidad que equilibra las fuerzas opuestas e iguales a la vez…Luz y Oscuridad…
“Vuestra savia, ya sea roja o transparente, vuestra piel ya sea blanca o negra, recordad que todos, “sin excepción” os he puesto en ella, en cada alma, la semilla del universo: el recuerdo de Chaos. Ya dependerá de vosotros con cual cubriréis vuestro destino…si envolveréis el don de la vida que mi hermano Horth os ha dado con el bien o mal, con odio o amor, con sombras o luz… Pero no olvidéis que al principio y al final sólo encontrareis lo inevitable…” Fueron estas palabras que profirió la boca divina del gran Ikah.
Los grandes dioses complacidos, al completar su misión regresaron a su nueva morada erigida en los cielos… Sin embargo, los dioses lo saben, el viento de las tormentas de Mimir lamentará una trágica historia que sucederá... Esta es una vieja historia, ahogada en los recuerdos del mundo sagrado, olvidada a la fuerza por quienes sufrieron y recordada por los valerosos seres como el despertar de un deseo.
Todos los seres cometen errores…otros pequeños…otros grandes…lo que es cierto que al fin y al cabo estos actos afectan en mayor o menor medida a quienes les rodean y tarde o temprano se pagan... El tiempo medido con arena de reloj cayó sobre aquellos seres creados, para unos alegremente, para otros en poca medida de forma hostil y Mimir empezó a levantarse. La vida en el “Reino de Oro” comenzó a ser eso, vida, al darse la evolución….Todo en un principio fue armonía, abundancia y prosperidad… Sin embargo los milenios pasaron y todo cambió por intervención de otros dioses procreados por el mismo eco de la confusión y envenenados por la influencia de Chaos, la deidad que nunca perdonó que sus primeros hijos la abandonaran… Celosos por las maravillas creadas por los siete dioses, aconsejaron a humanos inimaginablemente egoístas y efímeros que se levantaran en armas en contra de otras divinidades menores que habían sido elegidos por los dioses creadores para cuidar del bienestar de sus hijos mortales.
Inevitablemente una maléfica guerra se desató… Una batalla en la que nadie ganó...nadie perdió…
Los verdes esmeraldas y vastos campos de Mimir perdieron su pureza al ser pisoteados por seres abominables que no supieron comprender el regalo del dios dual. Las altas montañas perdieron su eterna calidez y fueron envueltas por un gélido frío eterno. La transparencia de su mar y de sus ríos fueron consumidos por el color a muerte y sabor a ajenjo y la morada de los mortales se asimiló en un ahogante desierto. Los dioses desde su eterno paraíso veían como sus hijos, uno a uno morían…La oscuridad invadió el corazón de Mimir, que lentamente, como si esperase que en cualquier momento detuviese su palpitar. Hasta que un milagro, podría ser, entre tantos fantasmas y olor a muerte asfixiando la esperanza, dos luces brillantes aparecieron en el firmamento del desvastado reino, dos luceros de los cuales se escribirían su propia historia y se cantarían su belleza, el destino del cosmos infinito….la cruenta batalla terminó hasta la intervención de Ikah y Horth quienes fueron los únicos que bajaron del cielo… A partir de ese día comenzó una segunda y nueva época para la frágil Mimir, conocida como la “Era de Cristal” Nadie sabe cómo acabó todo. Nadie supo si los dos dioses regresaron a su mundo o se mezclaron entre la prole de los pobres mortales… Sólo que después del correr de ese río de sangre, Mimir fue relativamente purificado y sus tierras fueron habitadas por humanos simples y otros con habilidades inimaginables, híbridos, guerreros y semidioses, producto de los deseos de aquellos seres que se llaman así mismos las “Divinidades del Crepúsculo” con los seres de este pequeño y frágil mundo. Sin embargo algo desconocido que había sobrevivido a tales consecuencias seguía oculto, cuyo único sentimiento era la ambición que crecía cada día más con volver a surgir…débil al terminar el ayer…destructivo en el amanecer… Nadie supo en que tiempo ocurrió, ni tampoco con el paso de los años ha llegado alguien a saber la verdad. La mayoría de los seres no le dan importancia pues, realmente, no son cosas de que preocuparse… ¿O quizá la historia que mezcla el principio con el fin como lo predijo Ikah no termina ahí…? "
http://www.sheikav.com/forum/viewtopic.php?t=11266&start=0
jueves, 11 de enero de 2007
Comenzando de nuevo...
Después de varios intentos fallidos por hacerme de un bendito blog (entiéndase a través de otras págs y el MSN Spaces que es la verdad una porquería evolutiva) lo he logrado u-u.
¿De qué podría escribir?, tal vez de mi dichosa afición frikie por los videojuegos, el manga, anime, música, cine, libros, mi pésima manera de escribir fanfics y dizque dibujar o puede que se me ocurra contar mis agraciadas chocoaventuras en la uni, el trabajo y mi hogar dulce hogar...No sé, al menos sé que tengo mucho que contar, muchas experiencias que tengo que compartir y vivir. Alá, en fin veamos que sale con tanto experimento.
PD: Mis hermanos se burlan de mi manera de escribir ¬¬ que novedad!!